International Journal of Stroke: Volumen 20, Número 5, Junio de 2025
23 May 2025 International Journal of StrokeInternational Journal of Stroke: Volumen 20, Número 5, Junio de 2025 Traducido por Dr. Matías J. Alet - @AletMatias
International Journal of Stroke: Volumen 20, Número 5, Junio de 2025 Traducido por Dr. Matías J. Alet - @AletMatias
Publicado por primera vez en línea el 20 de mayo de 2025
Hugh S. Markus
https://doi.org/10.1177/17474930251340763
La angiopatía Moya-Moya (AMM) es un trastorno cerebrovascular poco frecuente caracterizado por una oclusión progresiva de la terminación de las arterias carótidas internas y/o de sus ramas proximales, con el desarrollo secundario de una red de vasos colaterales frágiles. Puede presentarse en la infancia o en la adultez, con eventos isquémicos cerebrales secundarios a la oclusión arterial o con hemorragias intracraneales por ruptura de los vasos colaterales. La AMM es más común en los países del Lejano Oriente, pero su identificación es cada vez más frecuente a nivel mundial. Sin embargo, su manejo óptimo suele ser incierto y existen pocos ensayos controlados aleatorizados de alta calidad. Recientemente, se han elaborado guías de manejo en forma independiente en Japón, América y Europa. En el artículo de apertura de este número del International Journal of Stroke (IJS), Rifino y colaboradores revisan estas tres guías. Señalan diferencias en los enfoques y cómo la falta de consenso puede generar confusión en los clínicos. Analizan críticamente las distintas recomendaciones, discuten similitudes y diferencias, y destacan las brechas en la atención de la AMM que requieren investigación. Es una revisión útil para quienes atendemos pacientes con esta enfermedad.
Las caídas son frecuentes después de un ACV, y estas suelen tener consecuencias más graves que en la población general, con mayor riesgo de fracturas. En este número de IJS, Wang y colaboradores utilizaron datos de cohorte longitudinal del estudio AVERT (A Very Early Rehabilitation Trial) para describir la ocurrencia, las consecuencias y los factores de riesgo de caídas graves en los 12 meses posteriores al ACV. De 2104 participantes, 85 (4%) sufrieron al menos una caída grave, con un total de 91 caídas, de las cuales 55 (60%) provocaron fracturas, siendo las fracturas de cadera las más comunes. Los factores de riesgo fueron: mayor edad, movilidad previa limitada, incapacidad de caminar 10 metros de forma independiente en las primeras 24 horas post-ACV, o necesidad de más de 14 días para caminar 50 metros sin asistencia. Los autores sugieren que incorporar estos factores en herramientas de evaluación post-ACV podría mejorar la identificación de personas en mayor riesgo de caídas graves y orientar la rehabilitación y prevención de lesiones.
Estudios observacionales han sugerido que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se asocian con mayor riesgo de fracturas. Los ISRS son medicamentos ampliamente indicados tras un ACV. Pueden mejorar los síntomas depresivos y posiblemente reducir el emocionalismo post-ACV, aunque tienen poco efecto sobre la apatía post-ACV. Se postuló que podrían mejorar el pronóstico funcional mediante un efecto neuroprotector, pero tres grandes ensayos aleatorizados internacionales (AFFINITY, EFFECTS y FOCUS) no lograron confirmarlo. En este número de IJS, Mead y colaboradores utilizaron datos de estos tres ensayos para investigar la frecuencia y los factores de riesgo de caídas mediante un análisis agrupado de datos individuales. Incluyeron a 5907 pacientes post-ACV, aleatorizados a fluoxetina 20 mg diarios o placebo por 6 meses. El número de fracturas a los 6 meses fue mayor en el grupo fluoxetina: 93 (3,15%) versus 41 (1,39%) en el grupo control (diferencia: 1,76; IC95%: 0,10–2,51). En total, el 80% de las fracturas fueron en sitios típicamente afectados por osteoporosis, el 90% se relacionaron con caídas y sólo el 1% con convulsiones. Los factores de riesgo independientes fueron sexo femenino, edad >70 años, antecedentes de fracturas y asignación a fluoxetina (HR: 2,39; IC95%: 1,64–3,49; p < 0,001). Los autores concluyen que las fracturas son más frecuentes con fluoxetina, aunque el riesgo absoluto es bajo.
La demencia vascular es una de las complicaciones más severas tras un ACV y una de las principales prioridades de investigación según grupos focales de pacientes y familias. Alrededor de 50 millones de personas viven con demencia en el mundo, y se proyecta que esta cifra se triplicará para 2050. Se estima que el 20% de los casos tienen una etiología cerebrovascular predominante, y otro 20% presentan un componente vascular dentro de una demencia mixta. Aunque la enfermedad cerebrovascular crónica —especialmente la enfermedad de pequeños vasos— puede causar deterioro cognitivo insidioso sin ACV clínico, muchos casos de demencia vascular se precipitan tras un ACV. Comprender mejor la prevalencia y los factores de riesgo de demencia post-ACV (DPA) es crucial. También en este número, Kim y colaboradores analizaron esta cuestión utilizando una base de datos vinculada a gran escala de Corea. Entre 37.553 pacientes con ACV isquémico sin antecedentes de demencia, 6052 (16,1%) desarrollaron DPA durante un seguimiento mediano de 5 años (RIC: 3,4–7,0). La incidencia acumulada estimada a 10 años fue del 23,5%. Los factores de riesgo fueron: edad avanzada, menor nivel educativo, sexo masculino, diabetes mellitus, antecedentes de ACV y mayor puntuación inicial en la escala NIHSS. En cuanto a medicación, el uso de anticoagulantes y antipsicóticos tras el ACV se asoció a mayor riesgo de DPA, mientras que la terapia con estatinas mostró un efecto protector. Datos observacionales crecientes sugieren que tratar los factores de riesgo vascular podría reducir el riesgo de DPA y de demencia neurodegenerativa en general, pero se necesitan ensayos aleatorizados para evaluar si las intervenciones pueden efectivamente reducir su incidencia.
En los últimos años ha crecido el interés por la relación entre infección, inflamación y ACV, especialmente tras la pandemia de COVID-19. Un área específica de investigación es si una infección reciente puede desencadenar un ACV. Una infección global importante es Salmonella, con entre 200 millones y 1000 millones de casos anuales en el mundo, 93 millones de gastroenteritis y 155.000 muertes; aproximadamente el 85% se vinculan con el consumo de alimentos contaminados. En este número, Chen y colaboradores usaron la base de datos TriNetX para identificar 4708 pacientes con infección por Salmonella no tifoidea (SNT) y los compararon con una población sana, evaluando el riesgo de enfermedad a los 6 meses, 1 año y a largo plazo. Encontraron un aumento del riesgo tanto de ACV hemorrágico (HR: 1,866; IC95%: 1,304–2,669) como isquémico (HR: 1,717; IC95%: 1,385–2,130) luego de una infección por SNT. Los hallazgos fueron reproducibles en una base de datos estadounidense. Estos resultados sugieren que la SNT puede actuar como desencadenante de hemorragias intracerebrales y ACV isquémicos, y que reducir su incidencia mediante medidas sanitarias podría disminuir la carga de ACV. Esto sería aplicable a nivel global, pero especialmente relevante en países de ingresos bajos y medianos (PIBM), donde la incidencia de SNT y la carga de ACV son desproporcionadamente altas.
Hugh S. Markus
University of Cambridge, Cambridge, Reino Unido
Correo electrónico: hsm32@medschl.cam.ac.uk
Publicado por primera vez en línea el 19 de octubre de 2024
Diagnóstico y manejo de la angiopatía de Moyamoya en adultos: una visión general de las recomendaciones de guías y la identificación de futuras líneas de investigación
Nicola Rifino, Dominique Hervè, Francesco Acerbi, Satoshi Kuroda, Giuseppe Lanzino, Peter Vajkoczy y Anna Bersano
https://doi.org/10.1177/17474930241297031
Resumen
A pesar del progreso realizado en la comprensión del manejo y los resultados de la angiopatía de Moyamoya (AMM), varios aspectos de la enfermedad siguen siendo en gran medida desconocidos. En particular, la evidencia sobre la historia natural y el tratamiento de la AMM es escasa, principalmente debido a sesgos metodológicos y de selección en los estudios disponibles y a la falta de estudios prospectivos, aleatorizados y de gran escala. Por lo tanto, la atención de los pacientes con AMM continúa limitada a unos pocos centros expertos en todo el mundo, y el manejo suele basarse en la experiencia local y los recursos disponibles. A lo largo de los años, se han elaborado recomendaciones u opiniones de expertos con el objetivo de brindar orientación a los médicos en el tratamiento de esta condición, con la finalidad de reducir el riesgo de recurrencia del ACV y la discapacidad a largo plazo. Sin embargo, no existe un acuerdo completo entre las guías y recomendaciones disponibles, debido a diferencias en los artículos abordados, metodologías utilizadas, niveles de experiencia y enfoques validados para la revisión de la literatura. Esta falta de consenso sobre el manejo de la AMM puede generar confusión en los clínicos y pone de manifiesto algunos problemas y cuestiones importantes. El objetivo de este artículo de revisión integral es examinar críticamente tres guías y recomendaciones recientes sobre la AMM, discutiendo sus diferencias y similitudes, y destacando las brechas en la atención de esta enfermedad que aún deben abordarse.
Publicado por primera vez en línea el 30 de noviembre de 2024
Tratamiento de aneurismas intracraneales rotos con dispositivos diversores de flujo en la arteria madre: revisión sistemática y metaanálisis integral
Henrique L Lepine, Gabriel Semione, Fernanda M Llata, Bernardo Vieira Nogueira, Ana Clara Pinto Galvão Pereira, Davi Neves Coelho, Rafael Reis de Oliveira, Fabrício Ferreira Lipi, Henrique Garcia Maia, Anthony Hong, Luan Cavalcante Vilaça Lima, Savio Batista, Raphael Bertani, Bipin Chaurasia, João de Deus, Nirav Patel, and Eberval Gadelha Figueiredo
https://doi.org/10.1177/17474930241307114
Resumen
Antecedentes:
El clipado quirúrgico y la embolización endovascular con espirales (coiling) son tratamientos bien establecidos para los aneurismas intracraneales rotos de forma aguda que provocan hemorragia subaracnoidea aguda (HSAa). Sin embargo, estas modalidades presentan limitaciones, especialmente en casos que involucran aneurismas de cuello ancho, bifurcaciones o disecciones. Los dispositivos diversores de flujo (DF), inicialmente utilizados para aneurismas no rotos, han surgido como una alternativa para el tratamiento de aneurismas rotos, a pesar de las preocupaciones sobre complicaciones hemorrágicas.
Objetivos:
Este estudio tuvo como objetivo realizar una revisión sistemática y un metaanálisis exhaustivos para evaluar la eficacia y seguridad de los dispositivos DF colocados en la arteria madre en el tratamiento de aneurismas intracraneales rotos.
Métodos:
Se realizó una búsqueda sistemática en las bases de datos Medline, Embase y Cochrane desde su inicio hasta julio de 2024. Los criterios de inclusión se centraron en estudios que involucraran pacientes con aneurismas rotos de forma aguda tratados con DF en la arteria madre, con o sin coiling complementario. Se requirió que los estudios reportaran datos claros y estratificados específicos de la población de interés, e incluyeran más de cinco pacientes. Se excluyeron los estudios sobre aneurismas no rotos, dispositivos de derivación de flujo intrasaculares o aneurismas previamente clipados tratados con DF. La extracción de datos fue realizada de manera independiente por dos autores, y el análisis estadístico incluyó un análisis de proporciones simples con intervalos de confianza del 95% bajo un modelo de efectos aleatorios, utilizando R Studio. El resultado primario fue la tasa de oclusión del aneurisma en el seguimiento.
Resumen de la revisión:
Se incluyeron un total de 60 estudios que abarcaron 1300 pacientes. El análisis del resultado primario reveló una tasa de oclusión total del 90% (IC 95%: 87–92%; I² = 51%) en el seguimiento. El análisis por subgrupos indicó una tasa de oclusión del 89% para aneurismas de la circulación anterior y del 96% para los de la circulación posterior. Se observaron complicaciones intraoperatorias en el 6% de los casos, y complicaciones posoperatorias en el 13%. La tasa de resangrado fue baja (1%) y el requerimiento de nuevo tratamiento fue del 2%. Se lograron buenos resultados funcionales (mRS ≤ 2) en el 82% de los pacientes, y la tasa global de mortalidad fue del 4%.
Conclusiones:
Los dispositivos DF demostraron altas tasas de oclusión de aneurismas y resultados funcionales favorables en pacientes con aneurismas intracraneales rotos de forma aguda. Sin embargo, la baja mortalidad y los buenos resultados observados podrían reflejar un sesgo de selección hacia pacientes con HSA menos severas. A pesar de una tasa de complicaciones moderada, la seguridad y eficacia global de los DF sugieren que pueden ser una alternativa viable a los tratamientos tradicionales para tipos específicos de aneurismas. Se justifican más estudios que incluyan un espectro más amplio de severidades de HSA para optimizar su uso en la práctica clínica.
Publicado por primera vez en línea el 20 de enero de 2025
Fluoxetina y fracturas después del ACV: un metaanálisis de datos de pacientes individuales de tres grandes ensayos clínicos aleatorizados sobre fluoxetina para la recuperación post-ACV
Gillian Mead, Catriona Graham, Erik Lundström, Graeme J Hankey, Maree L Hackett, Laurent Billot, Per Näsman, John Forbes, and Martin Dennis on behalf of the AFFINITY, EFFECTS and FOCUS Trialists Collaborations
https://doi.org/10.1177/17474930251316164
Resumen
Antecedentes:
Los estudios observacionales han demostrado que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se asocian con un mayor riesgo de fracturas óseas, pero esta asociación puede estar confundida por la indicación y otras fuentes de sesgo sistemático que pueden minimizarse en los ensayos clínicos aleatorizados.
Objetivo:
Nuestro objetivo fue informar la tasa, localización, contexto y factores predictores de fracturas después del ACV, y si dichas fracturas modificaban el efecto de la fluoxetina sobre la escala de Rankin modificada (mRS) a los 6 meses, en un metaanálisis de datos individuales de pacientes de 5907 personas incluidas en tres ensayos clínicos aleatorizados de fluoxetina (20 mg por 6 meses) para la recuperación post-ACV.
Métodos:
Clasificamos las fracturas según la asignación al tratamiento, la localización (y por lo tanto la probabilidad de osteoporosis) y el contexto, y luego realizamos análisis multivariados para explorar predictores independientes de fracturas. Exploramos si la tendencia hacia un mRS más desfavorable a los 6 meses podía explicarse por un exceso de fracturas. El riesgo de sesgo fue evaluado mediante GRADE.
Resultados:
Entre los 5907 pacientes aleatorizados en un promedio de 6,6 días (DE 3,6) tras el inicio del ACV y seguidos durante 6 meses, el número de fracturas fue de 93 (3,15%) en el grupo fluoxetina frente a 41 (1,39%) en el grupo control (diferencia 1,76%, IC 95%: 0,10–2,51). No obstante, 128 pacientes con fracturas fueron adecuados para análisis adicionales. De estos, 102 (80%) presentaban fracturas en localizaciones típicamente asociadas a osteoporosis; 115 (90%) estuvieron asociadas a caídas y 1 (1%) a una convulsión. Los factores de riesgo independientes de fractura fueron: sexo femenino (HR 1,96; IC 95%: 1,37–2,81; p = 0,0002), edad >70 años (HR 2,30; IC 95%: 1,52–3,49; p < 0,001), antecedentes de fracturas (HR 0,63 para no tener antecedentes; IC 95%: 0,42–0,94; p = 0,0227) y tratamiento aleatorizado con fluoxetina (HR 2,39; IC 95%: 1,64–3,49; p < 0,001). El odds ratio común para el efecto de la fluoxetina sobre el mRS a 6 meses no se modificó tras excluir a los pacientes con fractura. El riesgo de sesgo fue alto debido a la imprecisión.
Conclusión:
Las fracturas fueron más frecuentes en el grupo tratado con fluoxetina, aunque el riesgo absoluto fue bajo y las estimaciones de riesgo fueron imprecisas. La mayoría de las fracturas ocurrieron por caídas y en localizaciones típicas de osteoporosis. Las fracturas no modificaron el efecto de la fluoxetina sobre el resultado funcional.
Publicado por primera vez en línea el 7 de enero de 2025
Una exploración de caídas graves después del ACV utilizando una base de datos internacional de rehabilitación en ACV
Julian Wang, Julie Bernhardt, Hannah Johns, Leonid Churilov, Catherine Said, Natalie A Fini, Frances Batchelor, Janice Collier, Fiona Ellery, and Kelly J Bower
https://doi.org/10.1177/17474930251314330
Resumen
Antecedentes:
Las caídas son frecuentes después de un ACV y pueden tener consecuencias graves, como fractura de cadera. Investigaciones previas indican que aproximadamente la mitad de las personas sufrirá una caída en los 12 meses posteriores al ACV, y estas caídas son más propensas a causar lesiones graves en comparación con personas sin ACV. Sin embargo, existe poca investigación sobre los factores de riesgo recogidos en el período inmediato post-ACV que podrían relacionarse con el riesgo de caídas. Además, las circunstancias y consecuencias que rodean a las caídas que resultan en eventos adversos graves (caídas graves) están poco exploradas.
Objetivos:
Utilizando datos de cohorte longitudinal del estudio A Very Early Rehabilitation Trial (AVERT), nuestro objetivo fue describir la ocurrencia, consecuencias y circunstancias de las caídas graves durante los 12 meses posteriores al ACV, y examinar posibles factores de riesgo asociados con estas caídas.
Métodos:
Se analizaron los datos de los participantes incluidos en el ensayo AVERT (n = 2104; reclutados en 56 unidades de ACV en cinco países). Se definieron como caídas graves aquellas que resultaron en muerte, pusieron en riesgo la vida o requirieron/prolongaron una hospitalización. Las variables basales incluyeron: datos demográficos, función previa, gravedad del ACV, negligencia hemisférica, independencia funcional y movilidad. El análisis estadístico incluyó pruebas de Wilcoxon-Mann–Whitney, pruebas de Fisher y regresiones logísticas de Firth (ajustadas por edad, gravedad del ACV y grupo de intervención del AVERT).
Resultados:
De los 2104 participantes, 85 (4%) experimentaron al menos una caída grave (edad media: 78,1 años; 45 varones), con un total de 91 caídas individuales. Cincuenta y cinco (60%) caídas graves resultaron en fractura, de las cuales 23 (42%) fueron fracturas de cadera. Dos (2%) caídas resultaron en muerte. Las caídas graves fueron más comunes durante el día (26 de 38 reportadas), en el hogar (30 de 63 reportadas) y durante la deambulación (22 de 42 reportadas). Sufrieron más caídas graves los participantes de mayor edad, con peor movilidad previa al ACV, que no podían caminar 10 metros de forma independiente en las primeras 24 horas post-ACV, o que necesitaron más de 14 días para caminar 50 metros sin asistencia.
Conclusión:
Este estudio prospectivo internacional encontró que 1 de cada 25 sobrevivientes de un ACV experimentó una caída grave en el primer año posterior al evento. Las fracturas fueron una consecuencia común de estas caídas, aunque la verdadera tasa de fracturas post-ACV probablemente esté subestimada debido a los métodos del estudio, como la exclusión de individuos con movilidad premórbida reducida y la ausencia de datos sobre fracturas no relacionadas con caídas o que no condujeron a una internación hospitalaria. Se encontraron asociaciones claras entre la edad avanzada, la movilidad deteriorada previa y en las primeras etapas posteriores al ACV, y un mayor riesgo de caídas graves. La integración de estos factores en herramientas de evaluación post-ACV podría mejorar la identificación de individuos con mayor riesgo de caídas graves y conducir a una rehabilitación e intervenciones preventivas más focalizadas.
Publicado por primera vez en línea el 3 de enero de 2025
La salmonelosis no tifoidea se asocia con un mayor riesgo de ACV: hallazgos a partir de datos reales multinacionales
Sunny Ssu-Yu Chen, Tina Ting-An Lin, Yi-Lin Chiang, Chien-Yun Chen, Wei-Jen Lin y Renin Chang
https://doi.org/10.1177/17474930251313717
Resumen
Antecedentes:
El ACV es una causa significativa de morbilidad y mortalidad a nivel mundial, contribuyendo de manera sustancial a la carga global de enfermedad. En los países de ingresos bajos y medianos, el ACV tiende a presentarse a edades más tempranas, siendo la infección uno de los factores contribuyentes más relevantes. Estudios previos han explorado el impacto de la Salmonella no tifoidea (NTS, por sus siglas en inglés) en enfermedades vasculares y hematológicas, con experimentos en animales que han confirmado mecanismos relacionados. Este estudio tiene como objetivo investigar la asociación entre NTS y enfermedades cerebrovasculares (ECV), con especial atención a la identificación de poblaciones específicas de pacientes más susceptibles al ACV como consecuencia de la infección.
Métodos:
Este estudio de cohorte retrospectivo utilizó la base de datos TriNetX, incluyendo 4708 pacientes infectados con NTS comparados con una población sana, haciendo seguimiento del riesgo de enfermedad a 6 meses, 1 año y a lo largo de toda la vida. El desenlace primario fueron las ECV (ICD-10-CM: I60–I69), mientras que los desenlaces secundarios analizaron el ACV hemorrágico (ICD-10-CM: I60–I62) y el ACV isquémico (ICD-10-CM: I63). Se realizaron análisis por subgrupos según sexo y edad al momento del índice, y un análisis de sensibilidad comparando pacientes hospitalizados, utilizando diferentes bases de datos y evaluando la especificidad de la asociación NTS–ECV mediante el análisis de pacientes con mayor riesgo de infarto agudo de miocardio (IAM).
Resultados:
Las razones de riesgo (HR) a lo largo de la vida para enfermedades cerebrovasculares, ACV hemorrágico y ACV isquémico tras la infección por NTS fueron de 1,606 (intervalo de confianza [IC] 95%: 1,410–1,830), 1,866 (IC 95%: 1,304–2,669) y 1,717 (IC 95%: 1,385–2,130), respectivamente. Se observó un aumento significativo del riesgo de ACV hemorrágico a corto y mediano plazo, con HR de 3,345 (IC 95%: 1,091–10,259) y 2,816 (IC 95%: 1,184–6,699), respectivamente. Los análisis por subgrupos indicaron asociaciones estadísticamente significativas con los desenlaces primarios en todos los grupos etarios. Los varones demostraron un mayor riesgo de ACV hemorrágico, con un HR de 1,891 (IC 95%: 1,142–3,310), mientras que las mujeres mostraron una asociación más fuerte con ACV isquémico, con un HR de 1,592 (IC 95%: 1,189–2,132). Estas asociaciones se mantuvieron significativas entre los pacientes hospitalizados, mientras que no se observó ninguna relación significativa entre la infección por NTS y el IAM. Los hallazgos del estudio fueron reproducibles en una base de datos de EE. UU.
Conclusión:
Existe una asociación significativa entre la infección por NTS y las ECV, con un impacto particularmente importante en la ocurrencia de ACV en poblaciones jóvenes, especialmente en lo que respecta al mayor riesgo de ACV hemorrágico.
Publicado por primera vez en línea el 30 de noviembre de 2024
Cómo los modos de alimentación por sonda influyen en la ansiedad en pacientes con disfagia tras un ACV isquémico: un estudio longitudinal con emparejamiento por puntuación de propensión
Hongji Zeng, Weijia Zhao, Jing Zeng, Rui Wang, Hong Luo, Changming Wen, Yanbo Liu, Dongjian Li, and Xi Zeng
https://doi.org/10.1177/17474930241306916
Resumen
Antecedentes:
Aunque se ha demostrado que los modos de alimentación por sonda influyen en el estado psicológico, aún no se han esclarecido los mecanismos específicos de acción ni las diferencias entre la alimentación intermitente oro-esofágica (IOE) y la alimentación por sonda nasogástrica (SNG). Este estudio exploró el efecto de la IOE en comparación con la SNG sobre los síntomas de ansiedad en pacientes con disfagia tras un ACV isquémico.
Métodos:
Este estudio observacional longitudinal incluyó pacientes con disfagia posterior a un ACV isquémico tratados en el Departamento de Medicina de Rehabilitación entre febrero de 2022 y junio de 2024. Se utilizaron cuestionarios, escalas y registros médicos para recopilar datos sobre los síntomas de ansiedad, información básica, detalles del tratamiento y autopercepción en el primer y décimo día de hospitalización. Se utilizó el método de emparejamiento por puntuación de propensión (Propensity Score Matching, PSM) para equilibrar factores de confusión potenciales y analizar la asociación entre IOE frente a SNG y los síntomas de ansiedad. Se realizó un análisis de caminos para explorar los mecanismos específicos de acción.
Resultados:
Se reclutaron un total de 2459 participantes (55,51% usuarios de IOE). Los usuarios de IOE presentaron tasas significativamente más bajas de ansiedad moderada a severa que los usuarios de SNG (25,88% frente a 44,42%, p < 0,001). El análisis PSM reveló una diferencia del 8,56% en las tasas de ansiedad moderada a severa entre los usuarios de IOE y SNG. La autopercepción de comodidad, reflujo, horario alimentario, actividad social, autoestima y ejercicio diario mostraron significancia como variables intermedias entre los modos de alimentación por sonda y los síntomas de ansiedad en el análisis de caminos (todos con p < 0,001).
Conclusiones:
En comparación con la SNG, la IOE puede aliviar los síntomas de ansiedad en pacientes con disfagia tras un ACV isquémico que reciben tratamiento en un servicio de rehabilitación. La relación entre los modos de alimentación por sonda y los síntomas de ansiedad estuvo mediada por la autopercepción de comodidad, reflujo, horario alimentario, actividad social, autoestima y ejercicio diario.
Publicado por primera vez en línea el 30 de noviembre de 2024
Las hiperintensidades de la sustancia blanca se asocian de forma independiente con el envejecimiento vascular sistémico y la disfunción cerebrovascular
Alastair JS Webb, Karolina Feakins, Amy Lawson, Catriona Stewart, James Thomas, and Osian Llwyd
https://doi.org/10.1177/17474930241306987
Resumen
Antecedentes:
En el ensayo Oxford Haemodynamic Adaptation to Reduce Pulsatility (OxHARP), el sildenafil aumentó la reactividad cerebrovascular pero no redujo la pulsatilidad cerebral, un marcador del envejecimiento vascular. Este análisis del estudio OxHARP evaluó si estos mecanismos potencialmente causales estaban asociados de manera independiente con la gravedad de las hiperintensidades de la sustancia blanca.
Objetivos:
Determinar si la relación entre la gravedad de las hiperintensidades de la sustancia blanca y tanto la pulsatilidad cerebral como la reactividad cerebrovascular es independiente dentro de la misma población.
Métodos:
OxHARP fue un ensayo cruzado, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de inhibidores de la fosfodiesterasa en pacientes con hiperintensidades de la sustancia blanca leves a moderadas y antecedentes de eventos cerebrovasculares menores. Se determinaron los efectos sobre la pulsatilidad y la reactividad cerebrovascular mediante ecografía transcraneal y sobre la reactividad mediante resonancia magnética (RM). Se analizaron las asociaciones entre las mediciones basales por ecografía, y las mediciones promedio por RM a lo largo del seguimiento, con la gravedad de las hiperintensidades de la sustancia blanca en imágenes clínicas (escores de Fazekas o Blennow modificados) y el volumen de hiperintensidades de la sustancia blanca en la subcohorte de RM, mediante regresiones ordinales y lineales.
Resultados:
En 75 de 75 pacientes (mediana de edad: 70 años; 78% varones), la pulsatilidad cerebral se asoció con la edad (p < 0,001), mientras que la reactividad en la ecografía no mostró asociación con la edad (p = 0,29). La gravedad de las hiperintensidades de la sustancia blanca en todos los participantes se asoció de manera independiente con una menor reactividad cerebrovascular y una mayor pulsatilidad cerebral (pulsatilidad p = 0,016; reactividad p = 0,03), con una tendencia hacia una interacción sinérgica (p = 0,075). La reactividad medida por ecografía continuó asociándose con las hiperintensidades de la sustancia blanca tras ajustar por edad (p = 0,017), mientras que la pulsatilidad ya no lo estuvo (p = 0,31). El volumen de las hiperintensidades de la sustancia blanca en la subcohorte de RM también se asoció de forma independiente con ambos marcadores por ecografía (pulsatilidad p = 0,005; reactividad p = 0,029), y se asoció con una menor reactividad cerebrovascular dentro de las hiperintensidades de la sustancia blanca en la RM (p < 0,0001).
Conclusión:
Las hiperintensidades de la sustancia blanca se asocian de forma independiente con la pulsatilidad y la reactividad cerebral, lo que representa mecanismos patológicos potencialmente complementarios y objetivos terapéuticos.
Primera publicación online: 6 de diciembre de 2024
Asociación entre el consumo de alcohol y el ACV en Nigeria y Ghana: un estudio de casos y controles
Innocent Ijezie Chukwuonye, Onoja Matthew Akpa, Osahon Jeffery Asowata, Adekunle Gregory Fakunle, Morenikeji A. Komolafe, Joshua Akinyemi, Fred Stephen Sarfo, Albert Akpalu, Kolawole Wahab, Reginald Obiako, Lukman Owolabi, Godwin O. Osaigbovo, Akinkunmi Paul Okekunle, Okechukwu Ogah, Hemant K Tiwari, Carolyn Jekins, Fawale B. Michael, Donna Arnett, Benedict Calys-Tagoe, Abimbola Olalere, Oladimeji Adebayo, Wisdom Oguike, Philip Adebayo, Oyedunni Arulogun, Lambert Appiah, Philip O. Ibinaiye, Sunday Adeniyi, Oladotun Olalusi, Olayemi Balogun, Rufus Akinyemi, Bruce Ovbiagele, y Mayowa Ojo Owolabi en representación de SIREN
https://doi.org/10.1177/17474930241308458
Resumen
Antecedentes:
El objetivo del estudio fue examinar la asociación entre el consumo de alcohol y el ACV en Nigeria y Ghana.
Métodos:
Se trata de un estudio multicéntrico de casos y controles. Los casos incluyeron adultos mayores de 18 años con diagnóstico reciente de ACV que aceptaron participar. Los controles fueron adultos sin antecedentes de ACV, emparejados por edad y sexo. El consumo de alcohol fue autoinformado, y los participantes se clasificaron según tres categorías: abstemios, ex bebedores y bebedores actuales. Estos últimos fueron subdivididos en función del patrón de consumo en: esporádico, leve, moderado, excesivo y consumo en atracón (binge drinking). Se utilizó regresión logística condicional para evaluar la asociación entre el consumo de alcohol y el ACV, a través de cinco modelos progresivos de ajuste: Modelo 1: sin ajuste. Modelo 2: ajustado por variables demográficas. Modelo 3: Modelo 2 más variables de estilo de vida y características psicosociales. Modelo 4: Modelo 3 más variables dietarias. Modelo 5: Modelo 4 más características metabólicas.
Resultados:
Participaron 7368 sujetos, distribuidos equitativamente entre casos y controles. No se observó asociación significativa entre los ex bebedores y el ACV. Sin embargo, el consumo actual de alcohol se asoció significativamente con el ACV en los Modelos 1 y 2, con OR 1,19 (IC95%: 1,04–1,38; p < 0,05) y OR 1,17 (IC95%: 1,01–1,36; p < 0,05), respectivamente. En el análisis por niveles de consumo actual, el consumo leve no mostró asociación significativa con el ACV en el Modelo 5. En contraste, el consumo moderado, excesivo y en atracón se asociaron de manera persistente y significativa con el ACV.
Conclusión:
Existe una asociación significativa entre el ACV y el consumo actual de alcohol, especialmente entre quienes presentan un patrón de consumo moderado, excesivo o en atracón.
Primera publicación online: 17 de diciembre de 2024
Riesgo de demencia post-ACV a largo plazo utilizando un conjunto de datos vinculado de pacientes con ACV isquémico sin antecedentes de demencia
Tae Jung Kim, Ji Sung Lee, Mi Sun Oh, Soo-Hyun Park, Kyungbok Lee, Kyung-Ho Yu, Byung-Chul Lee, Byung-Woo Yoon, and Sang-Bae Ko
https://doi.org/10.1177/17474930241310730
Resumen
Antecedentes:
La demencia post-ACV (DPACV) es una secuela frecuente e incapacitante. Sin embargo, la incidencia a largo plazo y los factores predictores de DPACV tras un ACV isquémico aún no se comprenden completamente. El uso de grandes bases de datos de salud vinculadas permite estudiar estos desenlaces a largo plazo. Este estudio utilizó datos vinculados a gran escala en Corea para determinar la incidencia a largo plazo de DPACV tras un ACV isquémico, e identificar sus factores predictivos.
Métodos:
Se incluyeron pacientes con ACV isquémico sin antecedentes de demencia entre enero de 2008 y diciembre de 2014 (n = 37.553) en un conjunto de datos vinculado entre la base de datos de seguros de salud y el registro del Clinical Research Center for Stroke. La variable principal fue el diagnóstico de DPACV. Se evaluaron factores clínicos como los factores de riesgo vascular, el manejo agudo del ACV (incluyendo reperfusión, uso de antitrombóticos y estatinas), la severidad del ACV y el nivel educativo.
Resultados:
Entre los 37.553 pacientes (edad media: 64,9 años; 61,9% hombres), 6052 (16,1%) desarrollaron DPACV durante una mediana de seguimiento de 5 años (RIC: 3,4–7,0). La incidencia acumulada estimada a 10 años fue del 23,5%. Los factores asociados a mayor riesgo de DPACV fueron: mayor edad (HR por cada 10 años: 1,82; IC95%: 1,75–1,88), menor nivel educativo (analfabetismo o sin educación HR 1,65; IC95%: 1,44–1,88; educación ≤12 años también con HR elevados), sexo femenino (HR 1/0.86), diabetes mellitus (HR 1,21; IC95%: 1,14–1,29), ACV previo (HR 1,31; IC95%: 1,21–1,41) y mayor severidad inicial (NIHSS: HR 1,03 por punto; IC95%: 1,03–1,04). El uso de anticoagulantes y antipsicóticos tras el ACV se asoció con mayor riesgo de demencia, mientras que el tratamiento con estatinas se asoció con menor riesgo.
Conclusiones:
La DPACV es una complicación frecuente del ACV isquémico, con una incidencia del 16,1% a 5 años y del 23,5% a 10 años. Los factores asociados incluyen edad, sexo femenino, bajo nivel educativo, diabetes, ACV previo, severidad del ACV y uso de antipsicóticos y anticoagulantes. Se requieren estudios adicionales para determinar si la modificación de factores tratables puede reducir la incidencia de DPACV.
Primera publicación online: 1 de enero de 2025
Prevalencia y factores de riesgo del infarto cerebral encubierto: un estudio transversal basado en la comunidad
Ruinan Zhang, Dongxiao Yao, Xueli Cai, Yanli Zhang, Yingying Yang, Shan Li, Jing Jing, Suying Wang, Yongjun Wang, Yuesong Pan, Yilong Wang
https://doi.org/10.1177/17474930241313435
Resumen
Antecedentes:
El infarto cerebral encubierto (ICE) es una condición frecuente que representa una carga significativa de enfermedad a nivel global. La prevalencia y los factores de riesgo asociados han sido reportados de manera inconsistente en estudios previos.
Objetivos:
Determinar la prevalencia y los factores de riesgo del ICE y sus fenotipos por neuroimagen en adultos que viven en la comunidad.
Métodos:
La población estudiada proviene de la evaluación basal de una cohorte poblacional del estudio Polyvascular Evaluation for Cognitive Impairment and Vascular Events, e incluyó adultos de entre 50 y 75 años residentes en la ciudad de Lishui, sudeste de China. Se realizaron estudios de resonancia magnética (RM) 3.0T para identificar ICE y detectar lesiones vasculares intracraneales y extracraneales. Se calcularon las tasas de prevalencia generales y por fenotipos imagenológicos, estratificadas por edad, sexo, carga aterosclerótica y estenosis arterial. La carga aterosclerótica intracraneal y extracraneal se cuantificó sumando puntajes de aterosclerosis. Se utilizó regresión logística multivariable con selección por pasos para identificar factores de riesgo independientes.
Resultados:
Se incluyeron 2947 participantes (edad media: 61,1 ± 6,6 años; 53,8% mujeres). La prevalencia de ICE fue del 9,6%. El subtipo más frecuente fue el de otros infartos crónicos (5,6%), seguido por lesiones cavitadas (4,6%) e infarto cerebral agudo (0,5%). En el análisis multivariable, los factores asociados a mayor riesgo de ICE fueron: edad avanzada (OR: 1,59; IC95%: 1,40–1,83), hipertensión (OR: 1,45; IC95%: 1,08–1,94), niveles elevados de colesterol LDL (OR: 1,17; IC95%: 1,04–1,32), homocisteína (OR: 1,12; IC95%: 1,01–1,23), presión diastólica (OR: 1,22; IC95%: 1,06–1,41), presencia de placas en arterias intracraneales (OR: 1,56; IC95%: 1,16–2,10) y alta carga aterosclerótica extracraneal (OR: 6,57; IC95%: 1,67–25,79). Se observó una relación lineal entre la edad, presión diastólica, LDL-C y riesgo de ICE, y una relación no lineal para homocisteína.
Conclusión:
La prevalencia de ICE en esta población china basada en la comunidad no fue baja. Los factores de riesgo identificados incluyen edad, hipertensión, placas intracraneales, carga aterosclerótica extracraneal, niveles elevados de homocisteína, colesterol LDL y presión diastólica.
Primera publicación online: 30 de diciembre de 2024
Diseño y avances iniciales del estudio CAPTIVA (Comparación de terapias anticoagulantes y antiagregantes para la estenosis aterosclerótica intracraneal)
Brian L Hoh, Renee’ H Martin, Sharon D Yeatts, Tanya N Turan, Renee M Boyette, Stephanie McLaren, Lesley Butler, Keith R Peters, Jessica Smith, Larisa H Cavallari, Ashley M Wabnitz, Noor Sabagha, Christian Unger, Jamey S Frasure, Joseph P Broderick, y Marc I Chimowitz the research staff at the CAPTIVA Coordinating Centers
https://doi.org/10.1177/17474930241313301
Resumen
Antecedentes:
El tratamiento antitrombótico habitual para la estenosis aterosclerótica intracraneal sintomática (EAIS) consiste en la combinación de clopidogrel y aspirina durante 90 días, seguida de monoterapia con aspirina. Sin embargo, el riesgo de recurrencia de ACV se mantiene elevado hasta los 12 meses. El estudio CAPTIVA fue diseñado para evaluar si otras combinaciones de terapias antitrombóticas duales son superiores al régimen estándar con clopidogrel y aspirina.
Métodos:
CAPTIVA es un ensayo clínico prospectivo, doble ciego, con tres ramas de tratamiento, en marcha en más de 100 centros de Estados Unidos y Canadá. Incluirá a 1683 pacientes de alto riesgo con infarto sintomático atribuido a una estenosis del 70–99% en una arteria intracraneal mayor. Los participantes serán aleatorizados para recibir durante 12 meses uno de los siguientes tratamientos: 1) Ticagrelor (dosis de carga de 180 mg, luego 90 mg dos veces al día), 2) Rivaroxabán en dosis baja (2,5 mg dos veces al día), 3)Clopidogrel (dosis de carga de 600 mg, luego 75 mg diarios). Todos los participantes reciben además aspirina (81 mg/día), tratamiento intensivo de los factores de riesgo y análisis genético ciego del genotipo CYP2C19. El objetivo primario es evaluar si rivaroxabán, ticagrelor, o ambos son superiores a clopidogrel para reducir un desenlace combinado de ACV isquémico, hemorragia intracerebral o muerte vascular en un período de 12 meses. Se ha planificado un análisis interino de seguridad cuando los primeros 450 pacientes hayan completado el seguimiento para evaluar el riesgo de hemorragia mayor en los brazos con rivaroxabán y ticagrelor.
Resultados:
La inclusión comenzó en agosto de 2022 y, al 26 de junio de 2024, se había aleatorizado al paciente número 450.
Conclusión:
El estudio CAPTIVA evalúa dos alternativas de tratamiento antitrombótico dual frente al esquema estándar con clopidogrel y aspirina, con el objetivo de identificar una estrategia más eficaz para la EAIS, una de las enfermedades cerebrovasculares más frecuentes y de mayor riesgo a nivel mundial.